El mal tiempo que estamos teniendo ha hecho que mi fin de semana sea sobre todo bonsái casero, o sea en la cocina, por supuesto con permiso de Josean,  amo y señor de esa habitación de la casa, con la condición evidente que luego limpiara todo. Me ha cundido, ya iréis viendo, hoy voy a empezar con el que menos tiempo me ha llevado. Se me ocurrió cogerlo por casualidad ayer por la tarde, todavía me quedaba un rato para la hora en la que tenía pensado recoger y pensé que me daría tiempo a ponerme con él.

La última vez que os lo enseñé fue hace casi un año cuando lo trasplanté.

Luego en verano  lo visteis de refilón cuando hice el "reportaje" a todos.


Antes de ponerme, le hice fotos para apreciar bien el cambio.


Había visto que había brotado bastante, pero se me había pasado revisar los alambres que le puse, así que eso fue lo primero que hice, y me llevé el disgusto del fin de semana: el alambre se había clavado.


Ya sé que es una conífera y que no importa tanto como en los caducos, pero no me gusta. Lo quité todo.





Decidí que no lo alambraba de nuevo, que voy a esperar una temporada. Tengo pendiente un trasplante para ir poniéndolo más centrado en la maceta, pero todo depende de como lleve los trasplantes de este año, de momento los que tenia pensados para febrero he decidido esperar, dan otra semana más de tiempo gélido.

Os recuerdo como era en octubre de 2013 cuando le hice sus primeras fotos, parece que ha cambiado algo, no?


Un abrazo

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