El apego/desapego a nuestros bonsáis

viernes, abril 07, 2017

Llevaba tiempo dándole vueltas a esta entrada, es un tema que muchas veces sale cuando conversamos Ana y yo de nuestros bonsáis. ¿Por qué nos cuesta tanto deshacernos de nuestros bonsáis o mejor dicho de nuestros "no bonsáis" a la mayoría de nosotros?



Todos nosotros sabemos la teoría, los consejos que nos dan los maestros
- no tener más bonsáis de los que podamos cuidar
- no llenar nuestro espacio de  proyectos que ocuparán gran parte de nuestro tiempo
- centrarnos en los que vemos que tienen futuro.

Pero a la mayoría de nosotros nos cuesta deshacernos de los árboles que nos han acompañado en nuestros inicios, nos cuesta decirles adiós. Recuerdo que cuando empecé mis clases de bonsái la profesora nos contó que un maestro había perdido su bonsái más querido y que desde entonces no había vuelto a ser el mismo. En estos años he conocido de todo, aficionados que no se desprenden de ningún árbol, hasta aficionados que si quieren tener uno nuevo y no tienen espacio, venden otro sin pensarlo mucho.

Hablando hace algunos años con un maestro, nos contaba que lo mejor es tener una colección de unos 30-35 cantidad que debería permitirnos  cuidar de todos y trabajarlos sin tener que descuidar unos para atender otros. Yo reduciría aún más esa cantidad si no disponemos de un espacio amplio.




En mi caso, reconozco que al principio no me gustaba deshacerme de ninguno, incluso cuando a alguno le ocurría algo por el viento o cualquier otra circunstancia, me preocupaba en exceso. Luego fui regalando alguno a amigos o conocidos que empezaban en esta maravillosa afición, a pesar de todo nunca son suficientes los que salen. Me gusta empezar proyectos, siempre tengo alguno entre manos, pero empiezo a plantearme que quizás sean demasiados. Todavía tengo conmigo dos de los primeros bonsáis que me regalaron mis hijos, nunca van  a ser buenos bonsáis pero tienen una fuerte carga sentimental. Sin embargo otros con menor carga sentimental se han ido y no he vuelto a pensar en ellos. Algunos los he cedido al jardín de la comunidad, para que lleguen a ser árboles. Pero siempre hay otros que llegan a ocupar su lugar y eso es lo que tengo que aprender a evitar.
Está bien sentir apego por nuestros bonsáis, que nos preocupemos por ellos y que vigilemos su salud y sus necesidades, pero no tanto como para no darnos cuenta del tiempo que nos quitan los proyectos que no van  a ningún lado, tenemos que ser capaces de dar salida a esa parte de nuestra colección que no  nos sirve para evolucionar, no podemos estar siempre empezando, tenemos que tener unos cuantos que ya estén bien encaminados y menos de los que no van a ningún lado, así podremos estar pendientes de los que realmente merecen la pena, gastaremos menos en abono y otros productos que usamos, nuestro tiempo y nuestro dinero se invertirán en los que realmente merecen la pena. Incluso si no queremos regalarlos, podemos ganar un poco  de dinero si vendemos esos ejemplares que a nosotros ya no nos interesan pero que a otros aficionados puede que sí.  Si nos decimos a nosotros mismos que todos merecen la pena, nos estaremos engañando, ese es el apego malo, el que tenemos que evitar.

Aunque tampoco es del todo bueno sentir desapego por ellos, sobre todo si ese desapego significa no trabajarlos en condiciones o no importarnos  lo que les pasa

Cuando superemos el excesivo apego/desapego a nuestros árboles nuestra colección mejorará sin ninguna duda. Y si hacemos mucho sitio cuando quitemos todos esos perejiles que tenemos, podemos plantearnos tener un ejemplar de los buenos.



En  mi caso he decidido quitar de momento otros tres,  a mi me han servido para aprender y espero que a otros que se inician en este mundo les sirvan también. Además me tengo que proponer seriamente que solo entren nuevos los que merezcan la pena de verdad. He de conseguir invertir la balanza del principio de la entrada.




¿Y vuestra balanza hacía dónde se inclina?



Un abrazo

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3 comentarios

  1. Loli, me encanta esta entrada del blog. Cuanta razón llevas, yo creo que es algo que nos pasa a todos. Vuelvo a repetirme, magnífica entrada. Buen finde y un abrazo.

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  2. Buenos dias Loli, un tema muy acertado, felicidades. Yo entiendo esta balanza como la diferencia entre un profesional y un aficionado. Un profesional entra cantidad y sale calidad mientras que un aficionado tendria que entrar calidad y salir cantidad. Buenas fiestas!!!!

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  3. Tienes toda la razón, Loli. Es lo más sensato. Con el paso del tiempo me he visto forzado a apostar por la calidad en lugar de la cantidad, pero me pasa lo que a muchos, me cuesta muchísimo desprenderme de mis perejiles. Un abrazo

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