Lo que se vino de Mistral

miércoles, abril 27, 2016

No había pensado traerme ningún bonsái, solo alguna cosilla que necesitaba. A base de pasear tanto entre tanto árbol hubo uno que me llamó la atención.



Reconozco que estuve a punto de traérmelo, es más hasta mis compañeros de viaje, sobre todo Ana no se podían creer que finalmente decidiera dejarlo allí.

El caso es que cuando ya había decidido resistir la tentación en una de los bancos vi uno muy pequeño que me llamó la atención, un cotoneaster de hoja variegada, con un montón de minúsculas flores rosas a punto de abrir, y decidí que sería mi recuerdo de este viaje.




Viniendo en el coche le veíamos las flores cada vez más abiertas.

Paso a enseñaros las fotos, las primeras son del mismo día que llegamos a casa.



 


A los pocos días puse el fondo negro para hacer las fotos de la laja de Raúl y aproveché a hacerle algunas más.




Es muy pequeño, así que ha sido fácil hacerle sitio.


Un abrazo

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1 comentarios

  1. Que bonito!

    Y seguro que cuando abra las flores es más bonito aún!

    Eso de no resistirse...es señal de nuestra enfermedad....jejeje

    Un abrazo

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