La colaboración de: José Luis Roger. El pino vizcaíno que sobrevive en Canarias

lunes, mayo 11, 2020

Conocí a José Luis hace varios años gracias al bonsái, conectamos enseguida,  y pesar de que ya no le tengo cerca de casa seguimos en contacto y quiero pensar que tengo un buen amigo en la distancia.

Hace unos días, me contó como iba su pino y le propuse hacer una colaboración. Pensé que vendría bien a todos esos aficionados a los que les encanta empezar proyectos de semillas o plantones

El pino vizcaíno que sobrevive en Canarias


Te cuento la historia, breve, del pino que me traje desde Arrigorriaga a Fuerteventura. 

No te voy a aburrir de cuándo, cómo, etc conocí el bonsái ni de como llegué al País Vasco, ni de cómo te conocí. La historia es del pino.

Pues bien en la primavera del año 2017, en uno de mis largos paseos con mi perro me encontré con un pinito de semilla, tenía que tener menos de un año seguro, estaba en un poco de tierra en un bidegorri (carril bici).  Lo cogí y lo metí en una bolsa de plástico, de las que llevaba para el perro.

Cuando llegué a casa lo planté en maceta de semillero, pero con muy pocas esperanzas de que sobreviviera, aunque en el bidegorri las esperanzas eran menos. 



Los primeros cuidados, fueron los de siempre cuando hago trasplante,  riego con Lombrico raíces y escudo, resguardarlo y esperar. Estaba ubicado al sur, sólo sol directo por la mañana. Cada 15 días Lombrico raíces y escudo como a todos. Cuando  ví señales de que estaba creciendo, al mes y medio dos meses de haberlo encontrado, empecé a abonarlo con primavera y abono sólido del que tenía para los otros árboles, hanagokoro y bonsai máster Y ahí lo dejé,  no lo toqué para nada, salvo los cuidados básicos, pulverizar con biorend cada 15 días.

En verano quité el abono y en otoño otra vez igual que antes hasta el invierno, nunca lo cambié de ubicación desde que dio señales de vida, hiciera frío o calor, vino de la calle y quise que estuviera como de donde vino.

En febrero de 2018 comenzó a despertar y otra vez comencé con el abonado, sólo sólido no me atreví con el líquido, por si acaso, ya le había cogido cariño.

Ese mismo año en Junio, por otros motivos, me tuve que volver a mi tierra, Fuerteventura,  después de más de  9 años en el País Vasco. Tuve que preparar  todo y buscar información para ver si me podía llevar todos mis arbolitos.  La respuesta fue un rotundo NO,  si les hacía un "anÁlisis" o como se llame igual podía pasar, pero no me daba tiempo.  Todo ocurrió muy deprisa. 
Cogí todo el material que tenía  herramientas,  abonos, sustratos,  alambres, etc. Y me arriesgué y metí en una maleta mis kusamonos,  el pino en cuestión,  y un esqueje de granado nejikan y a probar suerte. Y hubo "suerte", en la subida al barco no me dijeron nada. Me tenía que haber  traído toda mi colección. 

Una vez en Fuerteventura hice lo de siempre,  una temporadita a pocas horas de luz y después gradualmente a más. Hasta que llegó a estar con más ocho horas al sol. Sólo me dedicaba a regarlo y abonarlo como siempre.  


A finales del 2019 quería empezar a trabajar con él y pregunté si le podía quitar acícula, me contestaron que si, el resultado fue que me pasé quitando. A rezar y esperar la primavera.




Se empezó a poner feo, las acículas se pusieron marrón en la punta seguido de un poco amarillo.  Pero seguían erguidas y pinchaban. 



En febrero, creo, parecía que estiraba velas, y me recomendaron darle movimiento al tronco, nunca antes había trabajado con pinos, pero lo hice y me gustó trabajarlo. 

Detalle del nebari antes de alambrarlo
En las siguientes imagenes, antes de alambrarlo se pueden ver acículas feas, puntas marrones y amarillas.



Después del alambrado.



Pasaba el tiempo y no se veía ningún movimiento más,  me decía a mi mismo que definitivamente me lo había cargado. Aún así, seguía con la misma rutina de siempre, lombrico,  riegos, etc, (riego con agua osmotizada). La sorpresa llegó la última semana de abril, está brotando por un montón de sitios¡ Qué alegría!










Este año va a tener menos horas de sol. He visto por Facebook experiencias con mucho sol en pinos, etc y podría ser lo que le ha pasado al mío. 


Aposté por él,  aunque todos me decían que un Silvestre en Canarias difícilmente sobreviviría, no canto victoria, y no les quito la razón, pero ahí sigue. También decir que el clima está loco y donde vivo, por las noches ha llegado a bajar a 7 ó 6 grados cosa inusual aquí.



Ahora a seguir pidiendo consejos, como dije, no tengo experiencia con pinos. 


Espero que os haya gustado.

Un beso para José Luis y un abrazo para todos.

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